La tecnología es un aliado imprescindible, pero también puede ser un saboteador implacable. En un mercado inmobiliario en el que cada vez más propietarios recurren a herramientas online para obtener una valoración de su vivienda, es fundamental hacer comprender que estas estimaciones, útiles como referencias iniciales, carecen del rigor y el análisis profundo que una acción económica de tanta importancia patrimonial como la venta de un inmueble precisa.
Los portales e instrumentos digitales de valoración suelen omitir factores tan esenciales como el estado real objetivo de los acabados de la propiedad, la ventilación natural de cada estancia, la incidencia de la luz solar y otras variables que solo pueden evaluarse mediante una visita in situ. Una valoración profesional, detallada y presencial ha sido, es y seguirá siendo un paso previo determinante antes de iniciar el proceso de venta de una propiedad.
Un cúmulo de despropósitos desventajas
Sobrevaloración o infravaloración. Una de las principales desventajas de confiar ciegamente en las valoraciones online es que estas fijen un precio ajeno a la realidad del mercado. Suelen tomar como referencia viviendas que se encuentran en pleno proceso de comercialización y, por tanto, obvian el importe definitivo en el que se ha ejecutado una compraventa.
La sobrevaloración puede hacer que el inmueble dilate enormemente su vida comercial, generando una percepción negativa en los compradores potenciales, quienes pueden sospechar que algo no está bien con la propiedad. En el caso de la infravaloración, implica una obvia pérdida económica para una propiedad que podría haber obtenido un precio mucho más alto con una valoración adecuada.
Negociación coartada. Cuando el precio de una vivienda se establece a partir de datos inexactos o sesgados, los potenciales compradores tienen una postura dominante en la negociación apoyada en las deficiencias o limitaciones que puedan encontrar al verla en persona. Los compradores, hoy en día, están cada vez más informados y pueden contrastar los precios con otras propiedades similares que ya han visitado.
Una posición de debilidad para la parte vendedora, ya que no cuenta con una valoración sólida y objetiva que respalde y argumente su precio.
Desajuste de expectativas. Las valoraciones online suelen basarse en algoritmos que consideran únicamente el precio promedio por metro cuadrado en una zona determinada, sin tener en cuenta otros elementos que son clave para el comprador, como la orientación, la distribución de los espacios, el estado de conservación o el entorno en el que se encuentra la vivienda. Esto crea unas expectativas irreales en los compradores, quienes podrían sentirse decepcionados o burlados al ver el estado real de la propiedad y decidir no avanzar en el proceso de compra.
Tiempo de exposición en el mercado. Cuando una propiedad está sobrevalorada y se mantiene en el mercado durante mucho tiempo, esto tiene un efecto negativo en su percepción de valor. Los compradores tienden a asociar la permanencia prolongada en los portales inmobiliarios con problemas o deficiencias ocultas, lo que a la larga puede obligar al propietario a reducir su precio y aceptar una oferta ostensiblemente menor.
No contempla aspectos legales y técnicos. Una valoración profesional no solo evalúa el valor económico de la propiedad, también revisa todos los aspectos técnicos y legales determinantes. Por ejemplo, si existen elementos constructivos que necesiten reparación, si hay aspectos legales no resueltos, como cargas registrales o discrepancias en la superficie declarada en comparación con la real. Estas variables afectan directamente el valor de la vivienda y son aspectos que las herramientas online, sin una inspección física, no pueden analizar.
El rigor estimula el éxito
Confiar la valoración a un profesional inmobiliario experto, riguroso y conocedor del entorno de mercado de la vivienda, hace que esta sea evaluada de manera objetiva, detallada y transparente. Estos expertos conocen la realidad del mercado local, tienen acceso a bases de datos de venta actualizadas y realizan una inspección física del piso o casa para detectar todas las variables que tienen influencia en su valor real.
Una valoración fundamentada brinda al propietario la confianza de saber que el precio establecido es competitivo, justo y alineado con el mercado, siendo una herramienta de gran valor añadido para el proceso de comercialización, estimulando la visita de potenciales compradores interesados y facilitando el proceso de negociación o cierre.
Las valoraciones online no pueden pasar de ser una simple referencia inicial orientativa y no deben reemplazar nunca la importancia de una valoración profesional. Contar con una estimación precisa y objetiva del valor de la vivienda antes de ponerla en venta reduce riesgos, optimiza el tiempo en el mercado y aumenta las posibilidades de obtener un precio justo.
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