La venta de una vivienda es, para la inmensa mayoría de las personas, una de las operaciones económicas más trascendentales de su vida. Una acción tan cotidiana para miles de propietarios como delicada y comprometida en algunos de sus aspectos.
La meta de la venta final es un desenlace que exige una serie de pasos rigurosos y eficientes. Algunas estaciones de paso imprescindible para el éxito, que hoy detallamos en el Blog de Gil Amargós.
El quid de la valoración
La visión de un propietario sobre el valor real de su vivienda es, salvo contadísimas excepciones, subjetiva. La mirada lógicamente emocional que suele hacer de su hogar, las expectativas de venta y el conocimiento profano del mercado inmobiliario, son factores que dificultan un análisis competente.
Establecer el precio de venta de un inmueble desde una valoración profesional, atendiendo a variables como el barrio, la altura, el estado de la vivienda y el edificio, la orientación solar o los servicios y comunicaciones de su entorno, entre otros factores, evita procesos de venta eternizados o directamente estériles.
Una comercialización inteligente
Cualquier tiempo pasado no fue mejor que el actual para la venta de un piso o casa. La sociedad digital en la que estamos instalados ha dejado prácticamente en la prehistoria al tradicional cartel en el balcón o las visitas realizadas en sus momentos libres por el conserje de la finca.
La exigencia actual de los clientes pasa por una pormenorizada información técnica y visual previa. Y la de un inmueble por un Marketing Mix inteligente que le ofrezca una visibilidad orientada al target de sus potenciales compradores. Unos nuevos tiempos en la comercialización que minimizan las pérdidas de tiempo, las frustraciones y los nervios.
El factor humano
La nueva era también ha impulsado definitivamente la importancia del factor humano en la venta de una vivienda. Transparencia y rigor, empatía, ética, responsabilidad, conocimiento…
Desde el mismo momento de entrada en el piso, adoptar un papel facilitador y colaborativo que vaya mucho más allá del de simple gestor o guía de una visita. Una conexión inicial con el potencial comprador que, en más ocasiones de las que creemos, es el primer paso para la venta.
Negociar con éxito
La coyuntura económica actual ha convertido a la negociación en una fase crucial de la venta de un piso. Una acción que marca la diferencia entre obtener el precio justo de mercado o quedarse por debajo del mismo.
Una negociación exitosa requiere habilidades de comunicación efectiva, conocimiento del mercado inmobiliario, flexibilidad y la capacidad de escuchar y entender también las necesidades del comprador. La mejor negociación es aquella en la que, en definitiva, ambas partes tienen la impresión de haber ganado.
Tranquilidad legal
La venta de una vivienda es una operación que involucra múltiples aspectos legales. Es esencial que la propiedad conozca todas las leyes, regulaciones y cargos aplicables en su jurisdicción a una u otra de las partes.
La redacción de un contrato de arras penitenciales claro, completo e inequívoco. La obtención de todos los permisos, certificados y cédulas necesarias en cada momento del proceso. En síntesis, el soporte legal imprescindible para garantizar que la venta de una vivienda se realice de manera legal, tranquila y sin sobresaltos.
En Gil Amargós gestionamos en la actualidad más de 250 comunidades y participamos en más de 100 operaciones inmobiliarias al año. Una actuación próxima y familiar para las comunidades, resolutiva y sin sobresaltos en las compraventas, que nos avala como una solución ideal para tus retos inmobiliarios.
Tanto si eres un propietario con conocimientos comerciales o en Marketing, si eres abogado (o tienes uno de confianza) o si simplemente quieres mostrar tu mismo tu piso; tenemos una solución para ti.
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